Hoy hace un día soleado y caluroso y¡ que mejor para refrescarse que un delicioso gazpacho!,por si opináis como yo os dejo aquí la receta de Doña Luisa, una vecina de mi amigo Kike, que hace según él, uno de los mejores gazpachos de la tierra. A mi me salió bien, pero no soy capaz de asegurar que mi resultado merezca esa calificación...
Ingredientes:
- Un kilo de tomates maduros.
- Un pimiento verde.
- Un pepino.
- Una cebolla.
- Un diente de ajo.
- Una rebanada gruesa de pan de pueblo.
- Aceite.
- Vinagre de vino blanco.
- Sal.
- Agua fría.
- Pelamos los tomates y les retiramos la semilla (para pelarlos más ´fácilmente podemos escaldarlos brevemente en una cazuela con agua hriviendo).
- Troceamos los tomate, el pimiento ( reservamos un trozo), el pepino (reservamos también un trozo), el diente de ajo y la cebolla, colocamos todo en la batidora junto con la rebanada de pan remojado en agua.
- Poemos a remojar la rebanada de pan en un bol con agua fría.
- Añadimos el aceite, el vinagre y la sal al gusto y trituramos hasta que alcance la textura deseada, si nos gusta mas líquido podemos añadir un poco de agua.
- Guardamos en el frigorífico para que enfrié bien, al menos dos horas. ( hay gente que le añade cubitos de hielo para enfriarlo más, eso va en gustos).
- Servimos con las verduras reservadas, troceadas, bien por encima o en plato a parte para que cada uno se ponga las que quiera.
¡Y a comer!...
A esto me apunto a todos.
ResponderEliminarEn estos momentos y con calor, es lo que mejor entra.
EliminarMe chifla el gazpacho, aunque yo modero mucho la cantidad de cebolla y de pimiento para evitar que me sepa muy fuerte y lo estropee, pero es un rollo pelar los tomates, lo que hacía que lo preparase con menos asiduidad de la que me hubiese gustado. Un día la prima salmantina de una amiga común me dijo que ella no los pelaba y eso me abrió un mundo de posibilidades. Es cierto que, si es para invitados, quedan mejor de textura sin la piel, pero para consumo propio tardas lo mismo que en preparar una ensalada si pasas por alto el engorroso trámite del pelado.
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