En casa nos encantan los San Jacobos y los comemos bastante a menudo, los hacemos de pollo, de ternera, de lomo, pero nuestros favoritos son sin duda los de solomillo de cerdo. Son muy fáciles y están deliciosos.
- Un solomillo de cerdo
- Unas lonchas de queso que funda bien.
- Jamón serrano.
- 2 huevos grandes.
- Harina de trigo.
- Pan rallado.
- Sal.
- Pimienta.
- Aceite.
Preparación:
- Cortamos el solomillo en filetes no demasiado gruesos y los machacamos bien para que queden lo más finos posible, teniendo en cuenta que al freír van a hincharse un poquito.
- Salpimentamos, no demasiado teniendo en cuenta que llevan jamón serrano y este ya es salado de por sí.
- Ponemos un filete de solomillo, a continuación la loncha de queso, luego la de jamón serrano y cerramos con otro filete.
- En una sartén ponemos a calentar el aceite, batimos los huevos y disponemos la harina y el pan rallado en unos platos.
- Pasamos el San jacobo por la harina, después por el huevo y luego por el pan rallado y presionaremos un poco para que se sellen bien.
- Freímos durante unos minutos por cada lado hasta que estén dorados. Escurrimos sobre papel de cocina y servimos caliente. Que no os importe que sobre porque fríos también están muy ricos.
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